miércoles, 12 de marzo de 2014

¡Os digo hola!

Eso de las presentaciones no me gusta mucho, pero allá voy:

Soy español (más concretamente gallego), tengo 19 años, mi nombre es Leo, y vosotros podéis llamarme así, aunque espero que mi futuro bebé me llame papi.
Y os contaré algo sobre mí:

Estamos en Marzo de 2014 y he dado el mayor y primer paso para poder ser papá de alguien algún día. Ante el masculino propio al que me refiero, podréis suponer que soy un hombre, ¿cierto?, y por ende, que para ser papá no necesito empezar el proceso como 5-6 años antes, que simplemente debo mantener relaciones sexuales (ojo: con final feliz) con mi futura mujer, esperar nueve meses y ¡listo! Pues no, la verdad es que no. Soy homosexual: soy un hombre, me gusta ser hombre, me gusta tener cuerpo de hombre y me gustan los hombres. Así que dudo poder dejar embarazado a JD. Él es mi novio, llevamos juntos casi dos años. Él tiene 40 y sí, me dobla en edad (y me dobló felicidad), pero lo importante es que va a ser el otro papá de nuestro bebé, es un hombre honesto, sensato, humilde y sincero, que me colma de mimos y me hace sumamente feliz. ¡Y es el hombre con el que quiero compartir el resto de mi vida!
Sé de mi condición sexual desde que tengo conciencia, la vivo con normalidad (ni estoy orgulloso, ni me avergüenza) y hasta la fecha ningún impedimento más tuve que lidiar para conseguir mis objetivos, hasta ahora: ser papá.

¡Pero la cosa no se queda aquí! Porque también soy transexual (o eso dice la etiqueta).
Cuando nací dijeron que era niña, me pusieron un nombre femenino e intentaron educarme como a una señorita. Pero yo fallé. Jugué toda mi vida a fútbol y lucha libre, me codeé solo con niños en los recreos y la intención de que alguien pretendiera ponerme un vestido o algo rosa representaba una ofensa terrible para mí. Intenté vivir mi rol y travestirme de chica muchas veces para lograr una aceptación que tampoco llegó. Yo NO era una chica y todos lo sabían.
Acudí al centro médico, desesperado en busca de ayuda y la encontré. El diagnostico fue claro: transexualidad masculina. Siete especialistas, test psicológicos y diversos análisis dictaminaron que aunque mi cuerpo era de mujer, mi mente no. Era un hombre encerrado en el cuerpo de una mujer, un caso atípico y más teniendo en cuenta mi homosexualidad, ya que no me siento atraído por ninguna mujer, y como tal, soy gay. (NO tiene que ver ser hombre o mujer para que te gusten los hombres o las mujeres)

En 2012 comencé mi terapia de re-asignación hormonal: inyecciones de testosterona que afloran el chico que vive en mí. También estoy operado del pecho y luzco unos pectorales planos como los de cualquier otro.

No cuento nunca esto a nadie… es algo del pasado y la gente de mi entorno ni siquiera lo sabe. No doy esa visibilidad que los activistas esperan de mí porque no me siento transexual, aunque la etiqueta diga que lo soy. Me siento lo que soy: un tío más.
Sin embargo, sí que es necesario que os lo cuente a vosotros, lectores, que no sabéis quién soy y para que podáis entender nuestros pasos correctamente, es imprescindible ser conocedores de mi historia completa.

JD y yo queremos que nuestro bebé sea biológico (con su esperma y mis óvulos). El tema de la adopción en España para gays es completamente ilegal hasta la fecha y puestos a tener un hijo por subrogación con una mujer en un país donde sea legal, preferimos poner nosotros el "material" y poder crearlo en la barriguita de una mujer seria, sana y sensata (y sobretodo: lo queremos todo legal).
No descartamos en un primer momento tener un hijo, en un futuro, naturalmente. Muchos aquí se llevarán las manos a la cabeza, pero que no lleve a lugar de equivocación: soy un chico y me gusta serlo (nací así), pero no por ello debo cerrarme en banda y descartar la posibilidad de aprovecharme de mis órganos (con todas sus funciones) para conseguir el fin que queremos. JD incluso reconoce (siendo un hombre cisgénero) que si tuviera la opción física, se quedaría embarazado, y no por ello nadie diría que es menos hombre. Pues yo igual.

Y hasta aquí puedo contar y con esto creo que nos podéis conocer lo suficiente como para ir entendiendo nuestra historia y todas las aventuras y desventuras que tendremos que vivir para ser papás algún día, sueño que tenemos muy presente.