miércoles, 2 de abril de 2014

3, 2, 1... ¡esto empieza!

Hola bebé, soy papi.
Decido llamarte bebé a secas porque no sé si serás niño o niña, ni siquiera sé si algún día estarás entre mis brazos.
Quiero ir escribiéndote todo lo que siento por ti años antes de tenerte, escribo para que me leas cuando seas mayor y puedas entenderme mejor.
Tengo diecinueve años y las cosas son difíciles pero después de mucho soñar y poco actuar me he puesto manos a la obra: Zygos. Así se llama el centro de reproducción en Santiago de Compostela donde espero tenerte guardadito. Es como la mitad de la semilla que guardaré ahí hasta ser más mayor. El 2 de Mayo a las 09:30h tengo cita para la primera ecografía donde me dirán si ahí dentro hay algo sano o ya no. 150€ cuesta la primera visita y la eco, qué caro, ¿verdad? Todavía no he conseguido todo el dinero, pero voy a ahorrar y lo voy a conseguir. 
Y no pasa nada si dicen que ahí dentro todo está muy mal porque buscaremos otra manera, otra alternativa para tenerte algún día. Papá quiere venir conmigo pero le dije que no. Le llevaría en total dos horas de coche por cinco minutos en una sala y me parece excesivo, podría estar triste por ir yo solo pero entre tú y yo: no lo estoy. Me anima el hecho de ser el primero en saber si de dentro de mí puedo sacar parte de tu vida o no. Voy a ser el primero en saberlo y tengo esperanza en recibir un alegre ¡sí! por parte de la Dra. Graña.

Pueden leerse estúpidas todas estas palabras, escritas por un chaval joven al que no le venden tabaco en el estanco alegando que es menor de edad, pero para mí no lo son. Todavía quedan años para que nos veamos y ya me has motivado, ¿sabes? he encontrado fuerzas para seguir estudiando, para encontrar un trabajo a media jornada, para superarme, para avanzar. Sé que no me esperan años fáciles, sé que es muy difícil pensar siquiera en tenerte algún día tal y como están las cosas para papá y para mí, que sólo somos dos hombres que se quieren y tienen ganas de un bebé como tú. El estado, las leyes, la sociedad y la economía no nos lo ponen fácil. Fácil no es, eso lo tengo claro. No somos como la mayoría de papás de los niños de tu clase que un día decidieron tener un bebé y a los pocos meses lo tenían entre sus brazos. Soy consciente de que es un reto que muchos ni siquiera se plantean por miedo y dudas. Yo de eso no tengo ni un ápice. Es mi sueño casarme algún día con papá, ser psicólogo y ganar un buen sueldo para que estés bien atendido. Y supongo que cuando leas esto ya te lo habré enseñado, pero por si acaso: los sueños se persiguen. Pero no se persiguen de palabra, no se alcanzan con tan solo desearlos muy fuerte… no. Hay que luchar, esforzarse y sacrificarse para recibir después la recompensa. Quiero dar el máximo de mí los próximos años para después tenerte en cama entre papá y yo chillando que no tienes sueño y nosotros muertos de cansancio pero sin poder evitar sonreír.

Si eres niño, papá quiere que seas Miguel, y yo Guillermo. A los dos nos gusta Joaquín, por Sabina. Si eres niña, Patricia, indiscutible. ¡Patri!, no se me ocurre nombre de mujer más bonito.
Ya te contaré más, tan pronto como yo sepa más.
Te quiero, bebé,
papi.


P.D: A papá últimamente acostumbro a llamarle bebé. Yo le digo que qué pasará cuando tú estés aquí y seas un bebé, él dice que tú serás bebé 2 y él bebé 1, ¡que llegó primero!. Yo le pregunto que qué pasará cuando tú seas mayor, él dice que tú serás mayor y él mi bebé aún. ¡Es muy dulce! (Espero que lo sea así siempre, contigo y conmigo, y nos cuide, nos proteja y nos quiera tanto como lo hace ahora conmigo)